TEXTO Nº 1: LAS UNIVERSIDADES Y SUS ORÍGENES MEDIEVALES.
Con el auge comercial y el resurgimiento urbano aparecieron una serie de transformaciones muy importantes. Las universidades se originaron en ese renacer urbano de los siglos XI y XII.
Las universidades y el saber
medieval.
Una de las corporaciones
destacadas del siglo XIII fue la que agrupaba a maestros y alumnos en busca de la Verdad. Esta
corporación se desplegó por Europa hasta convertirse en el centro de la vida
cultural. Nos referimos a las Universidades.
En
1179, el V Concilio de Letrán obligó a toda parroquia a tener una escuela
anexa. Allí se enseñaba fundamentalmente a leer, también se enseñaba
matemática, catecismo y gramática. Esas
escuelas fueron similares a lo que hoy llamamos educación primaria. Pero
existían otras escuelas que comenzaron a enseñar las llamadas “artes liberales”
-las mismas que se enseñaban en la antigüedad griega y romana- el Trivium: Gramática, Retórica y
Dialéctica; -es decir las habilidades del “habla”- y el Cuatrivium; Aritmética, Geometría, Música y Astronomía; -lo que
nosotros llamaríamos hoy las “ciencias”-. Esas escuelas serían identificables
con lo que llamamos Secundaria.
Muy
pronto, estas escuelas empezaron a crecer y crearon los llamados “Estudios
generales” no por las materias que se dictaban, sino porque estaban abiertas
para toda la población. No preparaban profesionalmente, pero eran propedéuticas
– es decir introductorias- para continuar estudiando.
En
el siglo XIII los Estudios generales dieron paso a la formación de las
Universidades. A las “artes liberales” se le agregaron Derecho, Filosofía,
Teología y Medicina.
Las causas de su fundación
están íntimamente ligadas con el contexto histórico. La formación de
agremiaciones -o corporaciones de oficio- que nucleaban a los trabajadores
urbanos, en una red de solidaridades y en una forma de trabajo y de transmisión
del oficio daba espacio para la formación de un gremio de maestros y de aprendices
que no estaba orientado al desarrollo de una actividad manual, sino de un “arte
liberal”. El término Universidad proviene del latín Universitas —literalmente corporación -. Posiblemente la más
antigua de las universidades sea la de París, a fines del siglo XII; Oxford y Cambridge
en Inglaterra y Salamanca en España (1223).
“Las tres primeras universidades
fueron Bolonia, París y Oxford. Si manejamos las fechas en que se establecen
sus estatutos legales, habría que retrasar el comienzo de la universidad hasta
el año 1214, cuando Oxford recibió sus estatutos. Un año después los recibiría
París y en 1219 Bolonia. Pero estas tres universidades ya existían en la
segunda mitad del siglo XII.(…) Esta institución se extendió con rapidez, y si
a comienzos del siglo XIII se puede hablar de 3 universidades en toda Europa,
al finalizar el siglo esa cifra se elevaba a 30. En la primera mitad del siglo
XII Castilla tenía la universidad de Palencia y el reino de León la de
Salamanca; en Inglaterra había surgido Cambridge, en Italia Salerno, y en
Francia Montpellier. Pronto brotarían más: Padua, Nápoles, Roma, Siena,
Piacenza, Orleáns, Tolosa. Antes de final de siglo el reino de Portugal
reconoció la Universidad
de Lisboa-Coimbra, y en Aragón se fundó la universidad de Lérida (1300)”.
Las
Universidades medievales se abocaron al estudio de la Teología , la Filosofia , el Derecho y
la Medicina.
Fides
quearens intellectus: la
fe en busca de la inteligencia.
Farmacéutico, s.XIII.
|
“Nunca encontraremos la verdad si nos contentamos con lo que ya se
ha hallado... . Los que
escribieron antes que nosotros no son para nosotros señores sino que son guías.
La verdad está abierta a todos y todavía no ha sido poseída por entero.”
Gilberto de Tournai, s. XIII.
|
Es necesario hacer algunas aclaraciones acerca del
conocimiento científico. Sobre la
Edad Media existen muchas cuestiones falsas que hoy siguen
repitiéndose como si las fuentes documentales –abundantísimas y variadas- no
existieran. Todavía podemos escuchar en diferentes medios que las ciencias no
tuvieron ningún desarrollo en la Edad Media ,
“sumidas” por la religión, “agobiadas” por la teología. Sin embargo - como
hemos apuntado- esto no es correcto, veamos algunos sucintos ejemplos.
Señalamos que una de las tantas
labores de los monasterios se centró en el “rescate” del saber antiguo. No
obstante muchos monjes continuaron enriqueciendo el conocimiento científico con
aportes originales.
Hildegarda de Bingen |
Precisamente, algunos de los
trabajos científicos más completos de la Edad Media fueron escritos por la Abadesa Hildergard
de Bingen (1098-1179), quien también cultivó la filosofía y la política. Nació
cerca del Rhin, siendo la hija menor de una amplia familia noble. Llegada a su
adultez, llegó a ser la cabeza de un pequeño convento. Desde allí viajaba en
carruajes a lo largo de Alemania y Francia para enseñar medicina y teología en
monasterios y otras instituciones eclesiásticas. Se intercambiaba correspondencia
con emperadores, reyes y otras figuras importantes, muchas veces influyendo en
sus decisiones.
Hildegarda y las monjas. |
Fue una especialista en la observación y el
diagnóstico de enfermedades. Llegó a tener conocimientos sobre las propiedades
de cerca de cuatrocientas plantas y drogas que podían ser usadas para el tratamiento
de enfermedades. Elaboró alrededor de catorce libros que tratan una amplia
cantidad de temas, entre los que se incluye la Botánica , la Zoología , la medicina
popular y la anatomía humana.
Hildergard creía –como la mayoría de los
intelectuales medievales- en la interrelación del todo con las partes, entre el
macrocosmos y el microcosmos. Pero en toda reflexión siempre estaba presente la
humildad de saberse un instrumento de Dios.
Basándose en las experiencias y los trabajos de
Aristóteles, de Galeno y de algunos escritores de la Iglesia como San Agustín
y sumando a estos su propia experiencia, generó una filosofía sistemática y
completa[1].
Asimismo, compuso una serie de piezas musicales destinadas a elevar el espíritu
hacia lo divino.
Otro tanto ocurre con el conocimiento matematico heredado de la antigüedad. En la Europa cristiana una de las
fuentes de información que pasará de generación en generación gracias a los
copistas de los monasterios es la
Aritmética de Boecio, que constituye un resumen de los “Elementos” de Euclides y del
“Almagesto” de Ptolomeo, bases de la matemática en la Antigüedad. La construcción de catedrales requería asimismo de un
saber teórico que las ciencias matemáticas y físicas estudiadas en los
“estudios generales” aportaban. Así, las
catedrales resultaron finalmente la síntesis, verdadero compendio de artes,
pero también de ciencias.
La Catedral de Chartres
representa la culminación de las escuelas catedralicias que luego darán paso a
las universidades. Baste con ver la arquivolta[2] de la catedral de Chartres
que representa a las artes liberales rodeando a
[1] Para saber más sobre ella y
otras mujeres en la Edad
Media : Pernoud, Regine; La mujer en el tiempo de las
catedrales, Bs.As., 1993.
[2] Las arquivoltas
son un elemento técnico de la arquitectura medieval. Consiste en unas molduras
que forman arcos concéntricos en serie como ornamentación del arco de los
pórticos medievales en su paramento exterior, recorriendo su curva en toda su
extensión.
La formación del mundo musulmán.
El pueblo árabe había sufrido una profunda
transformación como consecuencia de la prédica de Mahoma; quien merced a su
doctrina, logró cerca del s. VIII, la unidad política y religiosa de las distintas
tribus.
La huida o “hégira” de Mahoma al desierto en el año
622, representa el punto de partida del Islam. La religión de Mahoma recibió el
nombre de Islam que significa “me abandono
a ti voluntad de Dios”. Los creyentes se llaman musulmanes, es decir, los resignados y su doctrina está
contenida en el libro sagrado llamado El-Corán, -Al-Qumran- que resume las enseñanzas y relatos del profeta.
Sus principales dogmas se encuentran el El-Corán,
aunque no se la considera la única fuente de inspiración divina[1].
Podríamos sintetizar estos dogmas en los siguientes puntos:
- Alláh es único Dios y Mahoma (Muhammed) su Profeta.
- Creer en los libros revelados por Alláh a
los profetas.
- Creer en el día del Juicio, en la vida
después de la muerte y en los ángeles de Alláh.
- Creer que el bien y el mal provienen de
Alláh.
Las bases del Imperio que creó
Mahoma y sus familiares continuaron, fueron:
La sharia
Es la ley islámica o sendero. Se basa en el Corán y en la
interpretación que de este libro sagrado han hecho los doctores de la ley
musulmana. Comprende el conjunto de prescripciones, recomendaciones,
prohibiciones y aprobaciones de los actos humanos en lo referente a la vida
religiosa, política, social, doméstica e individual. En resumen, la sharia rige
todos los aspectos de la vida de los musulmanes.
También hallamos los Hadith, que tratan sobre las acciones y de los comentarios del
Profeta sobre El Corán. Otros textos considerados sagrados son: la Sira o
biografía de Mahoma y la Sunna o
camino de las enseñanzas del Corán y de Mahoma que equivale a un compendio de
la tradición que presenta principios prácticos basados en esas fuentes. Las
divisiones del Islam (sunnitas, chiítas, etc.) aparecen tempranamente y
obedecen, en principio a la interpretación de la Sharia y a la importancia
que se le da a uno u otro libro.
La guerra santa
La palabra
"yihad"[2]
significa esfuerzo. En principio puede ser cualquier tipo de esfuerzo que lleve
a la expansión de la doctrina islámica.
“Durante
ese tiempo su pensamiento evolucionó considerablemente y trató de aproximar su
concepción al carácter nacional árabe. No sólo afirmó la continuidad entre su
fe y la de Abraham, antepasado de su raza, sino que instituyó un culto ordenado
que más tarde culminaría en una aprobación del mismo santuario de la Kaaba. Pero pata ello
era necesario que la nueva fe se hiciera fuerte en la tradicional capital
religiosa de los árabes, Meca, hacia la cual lanzó Mahoma en son de guerra. Porque,
a diferencia de los judíos y los cristianos, los musulmanes sostenían la
necesidad de la guerra santa, pues Mahoma había comprendido que nada podría
oponerse al carácter belicoso de los árabes y que, en cambio, se podría dirigir
ese ímpetu guerrero hacia el triunfo de su fe. La Meca cayó en poder de Mahoma
en 630 y el triunfo de Alá comenzó a ser admitido por todos. Diversas tribus
árabes reconocieron poco a poco a Mahoma como profeta del verdadero y único
Dios, unas por la fuerza y otras por la razón. Y cuando murió, en el año décimo
de la Hégira
-—-632 de la era cristiana— su misión parecía cumplida, luego de haber dado a
pueblo una unidad de que carecía y un ideal para la lucha.”[3]
Bajo estos preceptos el
Imperio Árabe se expandió entre el 632 y el 715 sobre el mundo cristiano. La
toma de Jerusalén fue el punto de inicio de las cruzadas y de un impulso de
traerá notables consecuencias para Occidente.
[2] El Yihad es una palabra masculina en árabe.
Nosotros decimos la Yihad, en
femenino, porque en Occidente pensamos que ese término significa guerra santa,
y la palabra guerra es femenina.
[3] ROMERO, J.L.; La
Edad Media, Bs.As. FCE,. p. 32-33.
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